Fundación del Real Aero-Club de España (1905)

Fundación del Real Aero-Club de España (1905)

21 diciembre, 2008
Jesús Fernández Duro había vivido intensamente las positivas actividades del Aéreo-Club de Francia y piensa en trasladar la experiencia a España, como base de un plan de promoción y progreso de la aeronáutica en su patria, y tan pronto regresa a Madrid, con globo propio, inicia los contactos para llevarlo a cabo. A quienes primero expone su idea, a la vez que los capta para ella con sus invitaciones a volar con él, y con ello logra entusiasmarlos, es a sus amigos más próximos, miembros en su mayor parte al Automóvil Club de España. Era un grupo de buenos camaradas, de amigos unidos por estrechos lazos de afecto. Allí estaban Juanito Rugama, Eduardo Magdalena y Roman Sánchez , “Rubryk”, quienes serían, entre los civiles, sus más directos colaboradores en la idea de llevar a cabo la idea de crear un club, a imagen y semejanza del francés, para promocionar la práctica aeronáutica y competir representando a España. Estaban muchos más, pero consideraban disparata la proposición, adujeron un sinnúmero de argumentos y pretextos, tendentes a demostrar que tal empresa resultaría un fracaso. Pero la voluntad de Jesús Fernández Duro era férrea e inasequible al desaliento. Coincidiendo con sus primeros vuelos en Madrid, además de con sus amigos, comparte con don José de Saavedra, marqués de Viana y presidente del Real Automóvil, club del que Jesús forma parte desde su creación, la idea y necesidad de crear un club aeronáutico. La experiencia vivida en Francia, el país más y mejor organizado de Europa en el campo aeronáutico, le había hecho comprobar que la mayoría de los clubes aeronáuticos eran o habían sido secciones nacidas en el seno de los automóviles clubes, incluido el más importante, el Aéro Club de France en París, cuyo presidente era el mismo de ambos clubes y compartían domicilio social. El marqués de Viana alabó la idea de Jesús Fernández Duro y puso a este en contacto con quienes, con más interés a los efectos de la creación del Club, pudieran colaborar, como eran los hombres del ya existente Parque Aerostático militar de Guadalajara, donde expone su idea de crear este grupo civil de aeronautas para investigar, fomentar como deporte y competir en el mundo de la aeronáutica. Fernández Duro encuentra en el Jefe del parque, el teniente coronel don Pedro Vives, el apoyo y la protección que necesitaba para promover –en realidad crear- la aerostación civil. El entusiasmo y la vocación aeronáutica del deportista terminarán convenciendo y salvando todos los obstáculos. A su lado tendrá ya, y para siempre, al teniente coronel Vives, que es como decir al Ejército. Y Jesús Fernández Duro y Vives Vich acometen la gran tarea de crear un aeroclub para España; una entidad donde puedan formarse pilotos civiles de globo (aún no había aeroplanos en Europa), organizarse competiciones y comparecer en los ámbitos europeos de la aeronáutica. Intensifican juntos, con sus amigos civiles y militares, los contactos y en pocas semanas tienen listo el Reglamento para un Aero-Club de España, y presentado al gobernador civil de la provincia, señor conde de San Luis, para su aprobación. El apoyo del Rey hará que ya nazca como REAL Aero-Club de España y que al igual que en Francia compartan Presidente y domicilio social con el Real Automóvil Club de España. Al tiempo que realizaban los trámites de legalización asocoiativa, encargan en París un globo a los “Ateliers de constructions aéronautiques Maurice Mallet”, fabricantes de los globos Alcotán y Avión de Fernández Duro y de la mayoría de los aeróstatos del aeroclub de París. Como decíamos, el marqués de Viana que era ya presidente del Real Automóvil Club de España, lo sería también del Aeroclub. Vives quiso poner de manifiesto su apoyo a la embrionaria entidad aportando la presencia, en la junta directiva, de uno de sus más inmediatos colaboradores, el capitán de Ingenieros Alfredo Kindelán y Duany, que figuró como vicepresidente. Fernández Duro no quiso aceptar ningún puesto de relieve; sólo el de vocal. Entre marzo y abril se cumplieron los trámites administrativos para la fundación, y se constituyó el Real Aeroclub. Fueron socios fundadores, además de los citados anteriormente, los señores Rugama, Magdalena, Torres Quevedo, Sánchez-Arias, García de Pruneda, Cunqueiro y Cifuentes. Jesús Fernández Duro solicita en París el título de piloto, que con sus vuelos en Francia ya había obtenido en setiembre de 1904, que le es sellado con fecha 6 de abril de aquel 1905. Ahora sí, ahora ya le resultaba útil el poder disponer de él, pues el Aero-club necesitaría contar con algún piloto titulado para su función docente y la expedición de títulos a los nuevos pilotos. Inicialmente el Aeroclub español, al igual que sucediera en Francia, tendrá su sede social en el Automóvil Club. El histórico acontecimiento de la creación de Aéreo Club en España copa los mejores espacios deportivos de la prensa madrileña, destacando La Correspondencia de España, el Diario Universal y la revista Nuevo Mundo. El Universal jugaba con la ventaja de que en él escribía con el seudónimo de Rubryk, el que sería tesorero del Real Aero-Club de España, Román Sánchez Arias. Tras la llegada a Madrid de los globos adquiridos, uno por el Real aeroclub y otro por el marqués de la Rodriga, bautizado el primero con el nombre de Alfonso XIII y con 1600 m3 de capacidad, y el segundo como Vencejo y con 1200 m3 de esfera, se fija la fecha de la inauguración oficial. “El 18 de mayo de 1905, (se hace un inciso para hacer notar la coincidencia de la fecha con el veintisiete cumpleaños de Jesús Fernández Duro), se llevó a cabo la inauguración oficial del Aeroclub con la asistencia de S.M. el rey don Alfonso XIII, S.M. la reina doña María Cristina y SS. AA. RR. las infantas doña Isabel y doña Eulalia. Cuatro globos tomaron parte en la jornada. Fueron el Avión (450 metros cúbicos), de Fernández Duro y tripulado por él; el Alcotán (1000 metros cúbicos), también propiedad de Duro, con el capitán Gordejuela y el señor Sánchez-Arias; el Vencejo (1300 metros cúbicos), propiedad de los marqueses de Viana y de la Rodriga, con este último y el señor Hurtado de Amázaga como ayudantes del capitán Kindelán, y el Alfonso XIII (1600 metros cúbicos), adquirido por el Aeroclub, con el teniente coronel Vives como piloto y el marqués de Viana, don Juan Rugama y don Santiago Liniers como acompañantes.” Con mayor detalle puede encontrarse este acontecimiento en el libro biográfico “Al encuentro con ...JESÚS FERNÁNDEZ DURO” que figura en las descargas de esta web ó solicitándolo a precio subvencionado en su cuidada edición impresa al Círculo Aeronáutico. Hoy día el REAL AERO-CLUB DE ESPAÑA, con más de cien años de servicio a la aeronáutica civil, y tras ser uno de los aeroclubes fundadores de la Federación Internacional Aeronáutica en 1905, continúa su andadura con brillantez. Pincha sobre la imagen para visitar la web del Real Club de España
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