anotaciones sobre la guerra aérea

anotaciones sobre la guerra aérea

18 mayo, 2021

- El record absoluto de aviones derribados por un piloto de caza durante la Segunda Guerra Mundial lo posee el alemán Erich Hartmann, con la increíble cifra de 352 derribos. La totalidad de los 106 pilotos a los que se les reconocieron 100 o más victorias eran alemanes. En comparación, el mayor as aliado en el frente occidental, el británico Johnnie Johnson, derribó "solo" 38 aparatos enemigos. Sin duda en estos resultados influyeron la calidad de los aviones y del entrenamiento de los pilotos germanos, como también (y mucho) que a diferencia de otras fuerzas aéreas ellos tenían un tiempo de servicio ilimitado en unidades de combate. Pero además, aunque duela a los numerosos fans de la Luftwaffe, en la mayoría de los casos las cifras de derribos se inflaron por motivos propagandisticos

. <== Erich Hartman

- Con una treintena de victorias en tan solo quince meses de servicio, Douglas Bader  (cuya historia fue llevada al cine bajo el título de PROA AL CIELO) fue uno de los mayores ases de la RAF. El 9 de agosto de 1941 Bader chocó en el aire con un caza alemán y tuvo que saltar en paracaídas sobre la Francia ocupada. Fue capturado y enviado a un hospital, del que intentó fugarse poco después. A aquella primera tentativa de evasión le seguirían muchas más. Bader se pasó el resto de la guerra siendo trasladado de un campo de prisioneros a otro a medida que sus intentos de fuga fracasaban. Acabaron enviándole a Colditz, un viejo castillo convertido en prisión de alta seguridad para oficiales aliados. Pero Bader seguía tratando de evadirse, así que los guardias tomaron una decisión drástica: amenazaron con confiscarle las piernas. Y es que Douglas Bader solo podía andar con la ayuda de prótesis. Había perdido sus dos piernas en un accidente aéreo en 1931.

 

Uno de los planes de evasión más ingeniosos de Colditz fue el ideado por dos pilotos de la RAF llamados Jack Best y Bill Goldfinch. Lo que estos dos oficiales pretendían era huir del castillo volando. En un desván que había sobre la capilla construyeron un planeador de dos plazas con trozos de madera y telas robadas. Tenían intención de lanzarlo desde el tejado, para lo que prepararon una pista de despegue a base de mesas de madera y una especie de catapulta con una bañera llena de hormigón como contrapeso. Esperaban poder volar lo suficiente como para alcanzar la orilla opuesta del río Mulde. El planeador nunca se puso a prueba. En abril de 1945 Best y Goldfinch estaban completando los preparativos finales, pero al saber que las tropas estadounidenses se encontraban ya cerca de Colditz, decidieron esperar su la liberación y no arriesgarse en un intento de fuga.

 

 

- La VVS (Voenno-Vozdushnye Sily = Fuerza Aérea Soviética) fue la única fuerza aérea de la Segunda Guerra Mundial que aceptó a mujeres como pilotos de combate. La mayor as de la guerra fue la teniente Lidya Litvak. Entre el verano de 1942 y el verano de 1943 logró 11 derribos individuales y 3 compartidos pilotando un caza Yakovlev Yak-1. Fue la primera mujer de la historia que derribó un avión en combate aéreo (un Ju-88 sobre Stalingrado, el 13 de septiembre de 1942). La prensa soviética la apodaba "el Lirio Blanco de Stalingrado". Desapareció en una misión de combate sobre Ucrania el 1 de agosto de 1943. Su cuerpo no apareció hasta 1979.

 

- El 14 de septiembre de 1939, la segunda semana de la guerra, tres Blackburn Skua del portaaviones británico Ark Royal localizaron en el Atlántico Norte al submarino alemán U-30. El u-boot se sumergió rápidamente para escapar del ataque, pero antes de que desapareciese, los aviones alcanzaron su posición y lanzaron sobre él varias bombas perforantes. En lugar de penetrar en el agua, las bombas rebotaron en la superficie y estallaron en el aire, justo debajo de los aviones. Dos de los Skuas cayeron al mar, derribados por sus propias bombas. Los pilotos fueron rescatados por el submarino alemán.

- La RAF recurrió a menudo a palomas mensajeras como sistema de alarma para sus bombarderos. Si el avión tenía que efectuar un aterrizaje de emergencia, la paloma era liberada para que regresase a su base con un mensaje en el que se indicaba el lugar en el que había caído. Winkie era la paloma de un Bristol Beaufort que se estrelló en el mar el 23 de febrero 1942 tras haber sido alcanzado por fuego antiaéreo durante un raid sobre Noruega. La única esperanza de supervivencia de los tripulantes, apretujados en un bote sobre las gélidas aguas del Mar del Norte, era que que Winkie volase a su base con un mensaje en el que se indicaban las coordenadas del punto en el que habían amerizado. Cuatro horas más tarde Winkie llegó a la base aérea de Leuchars, en Escocia. Inmediatamente se puso en marcha una operación de búsqueda, y los náufragos fueron localizados y rescatados. Winkie les había salvado la vida.

 

- El 23 de noviembre de 1939 tres Hurricanes británicos se encontraron sobre Alsacia con un solitario Dornier Do-17. El bombardero trató de huir, pero los cazas le dieron alcance y abrieron fuego contra él. Cuando comenzó a caer, alcanzado en un motor, dos tripulantes saltaron en paracaídas. El teniente Cyril Palmer puso su Hurricane en paralelo al Dornier y vio al piloto abatido sobre los mandos. Se acercó más, confiado, cuando de repente el alemán resucitó, redujo bruscamente la velocidad para colocarse detrás del Hurricane, se cambió de un salto al asiento del navegante y abrió fuego con su ametralladora. La ráfaga alcanzó de lleno al caza británico. Palmer logró aterrizar con su Hurricane gravemente dañado en un campo cercano. A poca distancia tomó tierra el Dornier, pilotado por el sargento Arno Frankenberger, el hombre que le había engañado con el viejo truco de hacerse el muerto.

 

- El 6 de abril de 1941, el primer día de la invasión alemana de Yugoslavia, uno de los primeros objetivos de la Luftwaffe fue la base del 36º Grupo del 5º Regimiento de Caza de la Real Fuerza Aérea Yugoslava, situada en Režanovačka Kosa, cerca de la frontera búlgara. Los anticuados Hawker Fury yugoslavos, biplanos de cabina abierta de fabricación británica, tuvieron que enfrentarse a los Bf 109 y Bf 110 alemanes, muy superiores a ellos en todos los aspectos. Pese a ello, los yugoslavos lograron derribar tres Bf 109 y dos Bf 110 a un coste de once Furys perdidos (prácticamente la totalidad de la escuadrilla). Lo sorprendente es que la mayor parte de los cazas alemanes derribados no cayeron en un combate aéreo convencional, sino que fueron embestidos por pilotos yugoslavos en acciones suicidas. Como mínimo tres de ellos, los capitanes Konstantin Jermakov y Vojislav Popovic y el teniente Milorad Tanasic, se sacrificaron estrellando sus Furys contra aviones alemanes.

 - Durante la invasión alemana de Yugoslavia se dio una situación única en toda la guerra: las dos fuerzas aéreas enfrentadas tenían como caza principal el mismo modelo de avión, el Messerschmitt Bf 109. Aquello eliminaba en gran parte la ventaja táctica que suponía para los cazas de la Real Fuerza Aérea Yugoslava combatir sobre territorio propio, ya que no podían contar con mucha ayuda de su artillería antiaérea, que incluso les escogía a ellos como blanco con demasiada frecuencia. Los artilleros yugoslavos en muchas ocasiones eran incapaces de distinguir los aviones propios de los alemanes, y tenían que decidir entre mantenerse al margen del combate o abrir fuego arriesgándose a derribar a uno de los suyos.

- Robert S. Johnson fue uno de los grandes ases de caza de la USAAF. El 26 de junio de 1943, durante una misión de escolta a bombarderos B-17 sobre Francia, su formación fue atacada por un grupo de Focke-Wulf Fw 190. Un proyectil de 20 mm explotó en la parte trasera de la carlinga del P-47 Thunderbolt de Johnson. Intentó saltar, pero no consiguió abrir la carlinga, destrozada por el impacto, así que se vio obligado a tratar de llegar a Inglaterra por su cuenta. Uno de los cazas alemanes vio que se retiraba del combate y salió tras él. Johnson, incapaz de defenderse, solo podía maniobrar a un lado y otro para tratar de esquivar las ráfagas de ametralladora. Al fin, tras una larga persecución, el alemán agotó sus municiones, sacudió las alas a modo de saludo y se dio media vuelta. Al aterrizar en Manston, Johnson comenzó a contar los agujeros de bala de su Thunderbolt. Lo dejó cuando había superado los doscientos, sin haberse bajado aún del avión. El piloto alemán era el teniente Egon Mayer, el primer as de la Luftwaffe que superó las cien victorias en el frente occidental.

 

 

    

- La tarde del 16 de agosto de 1940 los Hurricanes del 43º Escuadrón de la RAF tuvieron que hacer frente a dos grandes formaciones de Stukas en las costas de Sussex. Durante el combate, el caza de Tony Woods-Scaven fue alcanzado en el radiador, lo que obligó al piloto a retirarse. Cuando volaba en solitario de regreso a su base fue descubierto por cuatro Bf 109, que comenzaron a perseguirle disparando sus ametralladoras. El Hurricane recibió varios impactos en el motor y comenzó a caer. Woods-Scaven divisó un pequeño prado en la isla de Wight, e intentó un aterrizaje de emergencia. Logró tomar tierra, aunque el aterrizaje fue tan brusco que perdió tres dientes. Había llegado a tiempo para tomar el ferry a Southampton, pero era ya demasiado tarde para continuar camino hasta su base de Tangmere. Así que Woods-Scaven cogió una habitación en un hotel y se fue al bar a tomar unas copas. A la mañana siguiente llamó por teléfono a su escuadrón: "Si quieren que vuelva a volar, será mejor envíen a alguien para pagar la factura".

- La noche del 22 de julio de 1942, al término de un combate entre Spitfires y Fw 190 sobre el canal de la Mancha, el piloto alemán Arnim Faber se encontraba en una situación crítica. Casi había agotado el combustible y no sabía si tendría suficiente para regresar a su base en Francia. A la luz de la luna divisó la orilla al sur y voló hasta avistar una pista de aterrizaje iluminada. Tomó tierra, respirando aliviado, hasta que se percató de que los hombres que habían acudido a recibirle vestían uniformes británicos. Estaba en el aeródromo de Pembley, en el sur de Gales. Inadvertidamente, durante la lucha, Faber se había ido muy al norte, y se había desorientado de tal manera que había confundido las orillas del Canal de Bristol con las del Canal de la Mancha. Guardando la compostura, pidió que le llenasen el depósito de combustible y le permitiesen despegar de nuevo, pero los británicos, contentos por haber capturado un Fw 190 intacto, prefirieron dejar la caballerosidad para mejores ocasiones.

 

 

 

- Adolf Galland era comandante de escuadrón en el Ala 26 de la Luftwaffe, la gran rival de la RAF durante la Batalla de Inglaterra. Un día, en un enfrentamiento con cazas británicos sobre el Canal de la Mancha, Galland se encontró en una situación muy peliaguda. Varios Spitfires le perseguían incansablemente sin dejar de disparar y sin que pudiese hacer nada para librarse de ellos. Al final lo único que se le ocurrió fue abrir fuego con sus ametralladoras. Sorprendentemente, al ver las estelas de las trazadoras delante del Bf-109, los cazas enemigos abandonaron la persecución y huyeron. Según Galland: “O creían que había un avión detrás de ellos disparándoles, o creían que nuestros aviones pueden disparar hacia atrás”.

 

 

- El Boulton Paul Defiant era un caza británico diseñado para atacar bombarderos sin escolta. Su único armamento era una torreta con cuatro ametralladoras en la parte trasera de la carlinga. Durante la evacuación de Dunkerque el único escuadrón de Defiants de la RAF logró una enorme fama por su efectividad, ya que, según decían, decenas de cazas alemanes fueron derribados cuando se lanzaron contra ellos y se encontraron con un inesperado fuego de cola. La realidad era muy distinta. Los Defiants eran aviones muy inferiores a los cazas alemanes y cayeron como moscas durante la batalla de Francia. Fueron retirados de los escuadrones de combate y acabaron relegados a tareas secundarias, como las de rescate marítimo o remolque de blancos para prácticas. Pero la campaña de propaganda que se montó con ellos fue tan efectiva que se siguieron fabricando. Al final de la guerra la Boulton Paul había entregado más de mil aparatos a la RAF.

 

 

- El 5 de junio de 1944 el coronel de la Jagdgeschwader 26 Josef Priller vio encolerizado, cómo los últimos aviones a su mando abandonaban el aeródromo de Lille con orden de trasladarse al oeste de Francia. Sus protestas por lo que consideraba una decisión absurda de sus superiores no habían servido de nada, así que Priller decidió que lo único que podía hacer era emborracharse en compañía del otro piloto de caza que quedaba en la base, el sargento Heinz Wodarczyk. A la mañana siguiente recibió la noticia de que los aliados estaban desembarcando en Normandía y la orden de enfrentarse a ellos con todos los medios a su alcance. Priller y Wodarczyk despegaron en sus dos Fw 190 con una resaca tremenda y con la convicción de que se dirigían a una muerte segura. Sorprendentemente se colaron bajo la cobertura de cazas aliados e hicieron una pasada en vuelo rasante ametrallando las playas Juno y Sword. Ambos salieron ilesos.

 

- El 9 de septiembre de 1942 el submarino japonés I-25 emergió frente a las costas de Oregón. La tripulación desplegó sobre cubierta su hidroavión Yokosuka E14Y1 y lo lanzó con la catapulta. El avión estaba tripulado por el piloto Nobuo Fujita y el navegante Shoji Okuda. Fujita se dirigió a la zona boscosa de Mount Emily, y allí lanzó dos bombas incendiarias. El plan era provocar un gran incendio forestal, pero la vegetación estaba húmeda por la lluvia de los días anteriores y el fuego no se extendió más allá de unos pocos árboles. El 29 de septiembre Fujita y Okuda despegaron de nuevo, se dirigieron a las cercanías de Port Orford y dejaron caer dos bombas incendiarias sobre el bosque. Los daños fueron aún más insignificantes. Fueron los únicos ataques aéreos sufridos por el territorio continental de Estados Unidos hasta el 11-S.

Minoru Honda era un joven piloto de la Marina Imperial destinado en Rabaul. Durante un combate aéreo sobre las Salomon fue derribado y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en la isla de Kolombangara. Convivió con los nativos durante diez días hasta que fue rescatado y regresó a su base. Entonces se enteró de que había sido dado por muerto y le había sido concedido un doble ascenso póstumo. Sus superiores se dieron cuenta del papeleo que su resurrección suponía: tendrían que corregir el informe de baja y revisar la concesión de ascensos. Así que optaron por la solución más sencilla. Un día tras otro mandaban a Honda a peligrosas misiones en solitario sobre territorio enemigo con la esperanza de que no regresase. Pero el tozudo de Honda se empeñaba en volver de todas ellas. Eso duró una semana, hasta que un oficial superior se enteró de lo que estaba pasando y decidió devolverle oficialmente a la vida.

 

- Cuando la fuerza aérea de la Marina Imperial japonesa se retiró de Rabaul, en febrero de 1944, dejó atrás a decenas de enfermos y heridos. En el campo de aviación de Tobera unos cuantos mecánicos, para mantenerse ocupados, comenzaron a trabajar en los Zeros averiados abandonados y consiguieron dejar en condiciones de volar siete u ocho aparatos. El alférez Sekizen Shibayama, un joven piloto que se había quedado en Tobera por culpa de una herida en una pierna, se encargó de entrenar a media docena de pilotos novatos. De esta manera, después de que Marina Imperial abandonase oficialmente la zona, nació en Rabaul una escuadrilla de caza “de guerrilla” que iba a operar tras las líneas enemigas. Los aviones de Tobera volaron en misiones de patrulla y (en las pocas ocasiones que se les presentaron) de hostigamiento de las fuerzas estadounidenses. En agosto de 1945 aún mantenían dos cazas operativos.

 

Hiriyoshi Nishizawa estaba considerado el mejor piloto de caza de Japón. El 24 de octubre de 1944 era el comandante de la escolta de cuatro Zeros que acompañó al primer ataque kamikaze de la historia. A su regreso, Nishizawa solicitó a su superior el permiso para dirigir el siguiente, ya que, según explicó, había tenido una premonición en la que sintió que le quedaba poco de vida, y si iba a morir qué mejor que hacerlo estrellándose contra un buque enemigo. Pero Nishizawa era un piloto demasiado valioso para sacrificarlo en una misión suicida. Se le ordenó dejar su caza a otro piloto y volar a Luzón para recoger un nuevo avión. Al día siguiente el transporte en el que viajaba fue derribado por un caza estadounidense. Nishizawa murió, la misma mañana en la que su Zero, pilotado por Tomisaku Katsumata, se estrelló contra el portaaviones norteamericano Suwanee en la segunda misión de las escuadrillas kamikaze.

- El 9 de septiembre de 1942 el submarino japonés I-25 emergió frente a las costas de Oregón. La tripulación desplegó sobre cubierta su hidroavión Yokosuka E14Y1 y lo lanzó con la catapulta. El avión estaba tripulado por el piloto Nobuo Fujita y el navegante Shoji Okuda. Fujita se dirigió a la zona boscosa de Mount Emily, y allí lanzó dos bombas incendiarias. El plan era provocar un gran incendio forestal, pero la vegetación estaba húmeda por la lluvia de los días anteriores y el fuego no se extendió más allá de unos pocos árboles. El 29 de septiembre Fujita y Okuda despegaron de nuevo, se dirigieron a las cercanías de Port Orford y dejaron caer dos bombas incendiarias sobre el bosque. Los daños fueron aún más insignificantes. Fueron los únicos ataques aéreos sufridos por el territorio continental de Estados Unidos hasta el 11-S.

Minoru Honda era un joven piloto de la Marina Imperial destinado en Rabaul. Durante un combate aéreo sobre las Salomon fue derribado y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en la isla de Kolombangara. Convivió con los nativos durante diez días hasta que fue rescatado y regresó a su base. Entonces se enteró de que había sido dado por muerto y le había sido concedido un doble ascenso póstumo. Sus superiores se dieron cuenta del papeleo que su resurrección suponía: tendrían que corregir el informe de baja y revisar la concesión de ascensos. Así que optaron por la solución más sencilla. Un día tras otro mandaban a Honda a peligrosas misiones en solitario sobre territorio enemigo con la esperanza de que no regresase. Pero el tozudo de Honda se empeñaba en volver de todas ellas. Eso duró una semana, hasta que un oficial superior se enteró de lo que estaba pasando y decidió devolverle oficialmente a la vida.

 

- Cuando la fuerza aérea de la Marina Imperial japonesa se retiró de Rabaul, en febrero de 1944, dejó atrás a decenas de enfermos y heridos. En el campo de aviación de Tobera unos cuantos mecánicos, para mantenerse ocupados, comenzaron a trabajar en los Zeros averiados abandonados y consiguieron dejar en condiciones de volar siete u ocho aparatos. El alférez Sekizen Shibayama, un joven piloto que se había quedado en Tobera por culpa de una herida en una pierna, se encargó de entrenar a media docena de pilotos novatos. De esta manera, después de que Marina Imperial abandonase oficialmente la zona, nació en Rabaul una escuadrilla de caza “de guerrilla” que iba a operar tras las líneas enemigas. Los aviones de Tobera volaron en misiones de patrulla y (en las pocas ocasiones que se les presentaron) de hostigamiento de las fuerzas estadounidenses. En agosto de 1945 aún mantenían dos cazas operativos.

Hiriyoshi Nishizawa estaba considerado el mejor piloto de caza de Japón. El 24 de octubre de 1944 era el comandante de la escolta de cuatro Zeros que acompañó al primer ataque kamikaze de la historia. A su regreso, Nishizawa solicitó a su superior el permiso para dirigir el siguiente, ya que, según explicó, había tenido una premonición en la que sintió que le quedaba poco de vida, y si iba a morir qué mejor que hacerlo estrellándose contra un buque enemigo. Pero Nishizawa era un piloto demasiado valioso para sacrificarlo en una misión suicida. Se le ordenó dejar su caza a otro piloto y volar a Luzón para recoger un nuevo avión. Al día siguiente el transporte en el que viajaba fue derribado por un caza estadounidense. Nishizawa murió, la misma mañana en la que su Zero, pilotado por Tomisaku Katsumata, se estrelló contra el portaaviones norteamericano Suwanee en la segunda misión de las escuadrillas kamikaze.

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